lunes, 1 de junio de 2009

Un juego

Me canso de afirmar esto que sucede, siempre digo lo mismo, pero se me olvida cada vez que veo todo oscuro, en ese estado en efecto nunca ves nada. Pero es que siempre ocurre, que del mismísimo vacío, aparece esa ventana, esa salida, ese escape victorioso que llena por dentro, que al final no importa si es un momento breve o una nueva era o capítulo en la vida, pero hace que de pronto sepas que estás mejor, que eres más feliz que ayer y aprender a reconocer eso es difícil pero a su vez muy enriquecedor. A veces son personas, situaciones o consecuencias de algo que desencadena ese placer temporal, sabes que puede morir o que puede durar un poco más de lo que esperas... pero existe, sucede, lo afirmo una vez más.
No es más que la mente que se divierte en un juego constante, donde mezcla emociones, hormonas y condiciones que nos sacuden hasta confundir lo más íntimo, perturban la tranquilidad, el sueño, el hambre, las rutinas, la compañía, la soledad. Pero soy yo misma quien se deja llevar por las fantasías de esta mente creativa, soy vulnerable a caer en la inestabilidad que yo misma me provoco, lo permito, como si me agradara. Pero al mismo tiempo creo que si no existiera esa lucha por mantener el equilibrio interno sería todo tan plano, tan parejo, no habría intensidad en nada de lo que hago. Desde ahí aparece la energía suficiente para cada meta, la perseverancia necesaria para cada desafío. Al final qué es lo que mueve nuestra vida, tan única, propia, individual, irrepetible e incomparable, por qué se ponen frente a nosotros a personajes que marcan momentos que después hacen que tomes diferentes desiciones forjando nuevos destinos, al final puedo ver que soy sólamente yo quien mueve las piezas. Cada causa con su efecto, debo estar más atenta a lo que hago o lo que pienso, porque siempre tendrá una consecuencia, buena o mala, pero seguramente serán las que construirán el camino que después tendré que recorrer.
En todo caso, se disfruta más lo bueno cuando no esperas nada, es entonces cuando vuelves a soñar, a imaginar, a sentir, a vibrar y empieza de nuevo tu mente a jugar.

1 comentario:

Leo dijo...

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