Hoy fue la transferencia del único sobreviviente, además me
entero en la caja de la clínica que no había ninguno para congelar, eso me
golpeó. Pregunté si acaso quedaba alguno para transferir y me dijeron que sí, valde de agua fría.
Llego a la misma pieza de la vez anterior y después de disfrazarnos los 2 subimos
al pabellón. Ahí mi doctor hace su trabajo y llegó el momento más esperado: la
mismísima transferencia. Se quedan todos quietos y yo pregunto, ¿dónde está el
enano?, lo fueron a buscar dijeron y yo ahí no daba más de emoción. De repente
por esa pantallita aparece mi puntito tan deseado, me quedé con la fotito de
recuerdo porque necesitaba una prueba tangible de que efectivamente tenía vida
dentro de mí. Lloraba tímidamente por supuesto, estaba emocionada y lo sigo
estando. Supe que ese único era el mejor y que teníamos que confiar que
superaría cada obstáculo y llegaría a término. No cabía en mi pellejo tanta
alegría y miedo a la vez, sentí que para el Ale no significaba lo mismo que para
mí, claramente se notaba la diferencia anímica de ambos, él con su rutina y yo
en shock. Solo alcancé a sacarle unas palabras: "estoy impactado"
dijo. Para mí era mucho más que impacto, pero no lo critico, a fin de cuentas
soy yo quien carga el milagrito por el tiempo que sea prudente. Necesito
creerme esto que parece tan irreal como si no estuviera pasando, el año pasado
era impensado llegar hasta aquí, jamás me lo habría esperado. Sé lo que produce
un negativo en la beta, muchas veces pasé por eso, pero no sé lo que sientes
cuando recibes un positivo y el próximo viernes lo sabré, no tengo dudas de que
esa llamada de mi doctor será la más increible de mi vida y lloraré de emoción
harto tiempo creo.
Al menos sé que hoy está conmigo compartiendo el mismo
espacio, recibiendo el mismo calorcito que necesita para vivir. Afuera tengo
muchas cosas que mostrarle y contarle, quiero darle lo mejor y desde hoy estoy
en eso.