jueves, 29 de julio de 2010

Pasa qué...

Hoy fue un día muy raro y triste para mí. Con todas las ganas de decirle al mundo todo lo que yo pienso y lo que siento sobre cómo opera la justicia en este país, no pude hacerlo. Apenas me salieron palabras para apoyar a Johnny Cariqueo y a David Riquelme. Sentí tanta pena, como si ellos estuvieran ahí. Me involucré tanto con la mamá de Franco, que la siento tan cercana, tiene tanto valor, igual a mi tía que quiero mucho. De verdad no me explico cómo viven todos los días. Me sentí hasta mal por ser partícipe de una actividad que está impregnada sólo de rabia y dolor, el deber de decir lo que ocurrió con sus hijos una vez más, expresando al detalle los actos más macabros cometidos por los pacos.
Hay cosas que descubrí con todo esto, buenas y malas. Lo más fuerte es la tristeza que me invade ahora, el sentimiento de desesperanza, le sigue la falta de comprensión, lo difícil que es abrir los ojos y entender lo que ves, lo absurda y mafiosa que puede llegar a ser una institución dedicada a proteger a las personas, la falta de compromiso de la gente necesaria para que actúe, la fortaleza de quienes supones están devastados, el amor de una madre y un padre, lo despiadado que puede ser un ser humano con otro, lo que puede lograr un grupo unido por una causa, lo que significa ponerse 5 segundos en los zapatos de otro, imaginarse lo que harías si estos actos macabros le ocurrieran a un hijo que aún no existe, la indiferencia y costumbre de muchas personas frente a la violencia, el miedo a las represalias, la vergüenza o timidez de expresarse, la culpa de no hacer más cosas y sumirse en la rutina, la perseverancia de muchos que sí han logrado cosas, la importancia de no hablar sin saber, la ignorancia sobre hechos relevantes, la importancia de la verdad, el descaro del mentiroso, la unión de las personas enfrentando el mismo dolor.
Creo que faltan cosas, pero concluyo que a pesar de todo lo malo, lo bueno es muy bueno.

miércoles, 21 de julio de 2010

Vagando...

Vagando por la mente una vez más, me puse a pensar en deseos, pensamientos y emociones fuertísimas que alguna vez sentí. Las ansias con las que esperaba algo, las interpretaciones que le daba a los hechos y a la verdad. Sucesos que no tienen valor en el presente, pero sí en el recuerdo. La intensidad con la que amé, maldad que deseé, valor y cobardía que demostré tantas veces. Hoy con mis cortos 28 vivo con la misma intensidad de siempre, con más sueño que antes pero es parte de la carga diaria que agota energías. No me gustaría dejar de sentir como siento, es como secarse, hay gente que se seca y muere. Quisiera estar alerta para cuando me pase, en caso que me pase claro. Que alguien esté ahí siempre para darse cuenta de mi proceso de “marchitez”, para despertar de nuevo, intensa y con vida. Quiero recordar éste presente en un buen futuro y decir lo grandiosa que fue esta etapa, lo que aprendí, lo que me alentó a seguir y recordar después lo que hizo perderme en el infinito hoy por el tiempo que sea o haya sido. A veces supongo que la vida es “el hoyo” donde estás siempre y hasta que mueres tratas de salir de allí. Las cosas buenas son aquellas partes en la cual avanzas un paso más cerca de esa luz tan lejana, una mala racha sería algo similar a caerte y retroceder en este hoyo. Siempre desde que eres pequeño te dicen que la vida no es fácil. Entonces partimos de esa base, que estás en el hoyo y que tienes que salir de ahí. Es como las tortugas que nacen en un hoyo en la arena y apenas salen a la superficie tienen que nadar hasta el mar. La vida la asimilo a una misión, que para peor desconoces cuál es y sabes cuando estás a punto de morir, si tienes la suerte, de conocer el propósito, lo bueno lo malo, lo bonito y lo feo que fue.

Creo que a eso le tengo terror, de estar ahí agónica haciendo un recuento de tu paso y de autocriticarte o aplaudirte, es como el juicio final pero hecho por uno mismo. A eso le tengo miedo, porque si el veredicto es malo, no hay vuelta atrás. Una tía que ya tiene sus años me dijo que las vidas se traspasaban cuando mueres, la energía se traspasaba a los nacidos, para continuarse. Qué clase de energía entregaría mi cuerpo a otro individuo inocente… espero sea lo mejor y que de lo peor haya aprendido algo.

martes, 20 de julio de 2010

Rarezas

Hace un cierto tiempo que ando bajo una interminable incertidumbre. Nuevamente en la búsqueda de “algo”. Decidí dejar de pensar y empecé a ejecutar mis ideas. De la mente al hecho, tramo en que desconocía la complejidad que estaba involucrada en cada plan. Me dediqué entonces de a poco a contribuir de alguna manera a quienes necesitan algo, una mano. Entendí lo difícil que es apartar recursos que son difíciles de ganar, para que en un segundo se los pases a otro. Sin el fin de hacerme propaganda de súper héroe, al revés, reconociendo con vergüenza lo complicado que es para mí el entregar algo significativo, descubrí el saborcillo del resultado de una buena acción. Entendí también, que el recurso más preciado es el tiempo, cuando lo das a otro que aprovecha la oportunidad y el momento, entonces viene la sensación que no has tirado por la borda muchos minutos de tu vida, que podrías haberlos ocupado en otra cosa que ni siquiera una misma se agradece. Dedicación, palabra que suena bonito, pero ejercerla es lo duro. El otro día me puse a leer información de world vision, organización dedicada a los niños en riesgo social bajo un sistema de ayuda mediante patrocinio. Me quiebran las imágenes, hechas para causar justamente ese efecto. Si bien, debo admitir que el humano sufriente me causa sufrimiento, peor me afecta cuando se trata de un niño. Me puse a revisar las bases de la organización, su funcionamiento y su idea central. Hay un hecho que me llamó profundamente la atención, esta organización no sólo protege a niños huérfanos, sino aquellos que viven con sus padres. En 2 segundos, cuando supe eso pensé “no po, por qué??? Si viven con los papás, que sus papás los cuiden” (pensamiento muy mal pensado) Resulta, que en los siguientes 2 segundos recordé que estaba en Chile, en los padres que no cuentan con recursos suficientes y en las estrategias que utilizan para conseguirlos. Hacen trabajar a los hijos, si es que los padres trabajan, se hace rutina la droga y la violencia para vivir. Pensé en lo difícil que es pasar el día adía, que abren sus ojitos y se dan cuenta que la mañana es la misma que la anterior y la anterior, fría, desoladora y miserable.

Esta organización, sin la intención de “propagandear” nuevamente, apoya mediante programas a las familias de esos niños con actividades diferentes para mejorar de alguna manera la calidad de vida. Uno mismo puede entregar obsequios al patrocinado, ir a verlo siempre que los padres estén de acuerdo. Te transformas en una especie de padrino mágico, que lleva regalos y los haces pasar un mejor día, entretenido y diferente. Qué queda para el patrocinador, en este caso pensé en lo que me sucedería a mí. Lamentablemente, tiendo a agrandar las expectativas al principio de todo y me voy “achunchando” con el tiempo. Es decir, me falta perseverancia para seguir con las cosas que me entusiasman sólo en un principio. Me gusta cambiar de vida, cambiar de estilos, de panoramas, etc. Qué pasaría si ya no quiero seguir patrocinando a un niño, las razones no serían necesariamente emocionales, creo tal vez serían las económicas, me sentiría muy mal abandonando esa tarea por falta de plata o tiempo , me dolería saber que duerme en una cama más helada que la mía, que le pegan mucho o que está comiendo mal. Pero ¿qué me hace rechazar esta opción ahora mismo? Mi mayor sufrimiento sería el deseo frustrado de traerlo conmigo y darle una vida mejor, pero qué derecho tendría de quitárselo a su madre que de alguna manera lo sacará adelante, a él alejarlo de su mamá o su papá, no tengo ese derecho y ese hijo no debe abandonar su familia sumida en una penosa realidad. Suponiendo que los niños patrocinados no sufren de situaciones extremas, me refiero a consumo de drogas, prostitución y violencia física, porque de lo contrario, creo que no necesitarían de un patrocinador sino de asesoría legal y finalmente en la protección de los menores en hogares lejos de sus agresores. No puedo decir que sí de inmediato, son personas que no puedes abandonarlas de un momento a otro, existe definitivamente un involucramiento con ellos. Temo que ese involucramiento me lleve hacia un destino triste, no por hacerlo feliz un rato, sino a que no podré hacerlo feliz a él todo el tiempo ni a sus hermanos, porque no tengo tanto para dar. El amor también es caro, tengo cierta confusión al respecto, hay que dedicar tiempo, ese recurso es tan escaso hoy. No sé si sólo con amor haces más grandioso a otra persona, hace que valga la pena en este mundo. No sé si soy tan valiente de adquirir un compromiso a tan largo plazo, porque aún me equivoco, tomo malas decisiones, y con ellos no puedes fallar, no puedes tomar malas decisiones. Creo que algún día lo haré eso sí, hoy me concentraré en los míos que también me necesitan y yo por mi parte, también los necesito.