miércoles, 21 de julio de 2010

Vagando...

Vagando por la mente una vez más, me puse a pensar en deseos, pensamientos y emociones fuertísimas que alguna vez sentí. Las ansias con las que esperaba algo, las interpretaciones que le daba a los hechos y a la verdad. Sucesos que no tienen valor en el presente, pero sí en el recuerdo. La intensidad con la que amé, maldad que deseé, valor y cobardía que demostré tantas veces. Hoy con mis cortos 28 vivo con la misma intensidad de siempre, con más sueño que antes pero es parte de la carga diaria que agota energías. No me gustaría dejar de sentir como siento, es como secarse, hay gente que se seca y muere. Quisiera estar alerta para cuando me pase, en caso que me pase claro. Que alguien esté ahí siempre para darse cuenta de mi proceso de “marchitez”, para despertar de nuevo, intensa y con vida. Quiero recordar éste presente en un buen futuro y decir lo grandiosa que fue esta etapa, lo que aprendí, lo que me alentó a seguir y recordar después lo que hizo perderme en el infinito hoy por el tiempo que sea o haya sido. A veces supongo que la vida es “el hoyo” donde estás siempre y hasta que mueres tratas de salir de allí. Las cosas buenas son aquellas partes en la cual avanzas un paso más cerca de esa luz tan lejana, una mala racha sería algo similar a caerte y retroceder en este hoyo. Siempre desde que eres pequeño te dicen que la vida no es fácil. Entonces partimos de esa base, que estás en el hoyo y que tienes que salir de ahí. Es como las tortugas que nacen en un hoyo en la arena y apenas salen a la superficie tienen que nadar hasta el mar. La vida la asimilo a una misión, que para peor desconoces cuál es y sabes cuando estás a punto de morir, si tienes la suerte, de conocer el propósito, lo bueno lo malo, lo bonito y lo feo que fue.

Creo que a eso le tengo terror, de estar ahí agónica haciendo un recuento de tu paso y de autocriticarte o aplaudirte, es como el juicio final pero hecho por uno mismo. A eso le tengo miedo, porque si el veredicto es malo, no hay vuelta atrás. Una tía que ya tiene sus años me dijo que las vidas se traspasaban cuando mueres, la energía se traspasaba a los nacidos, para continuarse. Qué clase de energía entregaría mi cuerpo a otro individuo inocente… espero sea lo mejor y que de lo peor haya aprendido algo.

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