lunes, 9 de abril de 2012

En bajada

No hay héroe que salve, no hay dinero que compre, no hay memoria que borre ni palabra que alivie esta incertidumbre que ha traído hasta mí la desdicha.

Es un vacío que crece cada vez más y va deteriorando y consumiendo mis días que abundaban siempre de alegrías diferentes.

Es tiempo de disfrutar a los que están, a los que coinciden conmigo en tiempo, afecto y espacio.

Olvidar jamás, solamente alejar esta pesadilla de mis espacios llenos de vida, es tiempo de retomar lo perdido como un acto de solidaridad conmigo misma, de tenderme un mano que me saque del abismo desoncertante, solo yo puedo ayudarme con la voz interna que hoy en vez de levantarme me ahoga.

Aunque sé que hoy me hace falta y me agobia, pude estar así tan libre tantos años y hoy es tan difcíil asumir mi vida sin este desafío.

Quizá me volví loca y no soy capaz de corregirme.

Quizá es cosa de suerte pero ni siquiera creo en eso.

Quizá algo hice no más, causa-efecto al final así es la vida.


Así vamos, al menos juntos como nunca desarmando nuestras vidas.